En situaciones de guerra era costumbre que el jefe del ejército perdedor prefiriera la muerte antes que ser capturado, cosa que se entendía como de extrema vergüenza y degradación; por ese motivo en caso de derrota tanto el señor como sus samurai se suicidaban mediante el seppuku o hara kiri, incluso un enemigo podía asistir a un samurai en un marco de respeto por su decisión. Si en cambio era el comandante el que se suicidaba, un samurai le cortaba la cabeza y huía con ésta, para evitar que fuera tomada como trofeo de guerra por los vencedores, ya que esa era la costumbre.
Pero el señor podía tomar la decisión de huir para beneficio del clan, en ese caso un samurai tomaba secretamente su lugar vistiéndose con la armadura de su jefe para luego hacerse el seppuku y ser decapitado a la vista del enemigo, luego otro sirviente escapaba con su cabeza logrando que los enemigos lo persigan, mientras tanto su amo se fugaba en otra dirección.
Si su señor era conducido a la muerte por obra de sus enemigos o se suicidaba a causa de estos, el samurai consagraba su vida a la venganza y no reposaba hasta que no depositaba sobre la tumba de su amo la cabeza del enemigo traidor. Luego podía suicidarse, como es el conocido caso en Occidente de los cuarenta y siete samurai que se sacrificaron luego de vengar a su amo, o dedicarse a ser un ronin , es decir un samurai sin señor.
La historia es aproximadamente la siguiente: En el año 1701, periodo que estaba en el poder el Shogun Tsunayoshi el joven noble Asano decide combatir a Kira, un viejo señor feudal que ha logrado su posición mediante actos injustos y corruptos. Con este fin, Asano se niega a pagar los tributos que Kira le reclama. Al conocer la decisión, Kira pone en marcha un plan para humillarle.
El Daimyo Asano fue el encargado de preparar un acto protocolario, pidió consejo a Kira Yoshihira, ya que era un antiguo jefe de protocolo, y éste lo engañó para que la recepción no fuese protocolariamente correcta. Para acabar de provocar al joven Daimyo Asano, Kira se rió, lo cual hizo que Asano lo hiriese levemente con su Wakizashi (sable corto). Esta acción, desenfundar un arma dentro de palacio del Shogun, era considerado un delito que se condenaba con la muerte. Asano, a sus treinta y seis años de edad fue invitado, siguiendo las normas de honor de los Samurai, a suicidarse con la ceremonia del Seppuku, confiscándole todos sus bienes. De esta forma, los trescientos Samurai que estaban a sus órdenes se transformaron en trescientos Ronin, guerreros de aventura, sin protección económica de un Daimyo, sin sueldo. Kira había salvado la vida, ya que solo fue obligado a un formal pedido de disculpas con el debilitado rey. Pero cuarenta y siete de estos guerreros, liderados por el valeroso Samurai Oishi Yoshio, juraron vengar a su señor,.
Una vez consumada la venganza (Katakiuchi), que obviamente consistía en dar muerte al provocador de la desgracia de su Daimyo, se entregaron voluntariamente a la justicia, la cual, y a pesar de las protestas populares, les condenó a cumplir el Seppuku (suicidio ritual de los Samurai) y fueron enterrados al lado de su señor, Asano de Ako, en el mencionado templo, Sengakuji en Edo (Tokyo). Desde un principio fueron considerados como héroes e incluso en la actualidad, trescientos años después, continua la peregrinación de los japoneses a su tumba para rendirles consideración y admiración. Y puede observarse cómo palos de incienso son encendidos cada día en cada una de las tumbas. Años después, el literato Muro Kyuso creó una obra basada en el argumento de la gesta de los 47 leales samurai, la cual se convertiría, al pasar el tiempo, en un punto de partida de todo tipo de literatura consagrada a los heroicos guerreros. Cabe destacar que posteriormente, Takedo Izumo escribió una obra teatral sobre los Samurai, con el título Chushingura (el tesoro de los fieles vasallos) de gran éxito . Por sus connotaciones culturales, la historia de los 47 Samurais sería el equivalente japonés de la tragedia griega.