En la Argentina el Deporte Nacional es el Juego de Pato (1953), deporte hípico de cancha de cuatro jugadores por equipo que jugaban tradicionalmente los gauchos en la llanura pampeana. Se estima que el Juego de Pato tiene más de 400 años de antigüedad. En sus comienzos era peligroso y con trágicos resultados, por lo que fue prohibido por Rosas en la Provincia de Buenos Aires.
La competencia se realizaba entre doscientos jinetes con aperos de plata y oro, montados en caballos cuidados, que se dividían en dos grupos; a veces el campo de juego era de estancia a estancia. El pulpero, generalmente era quien entregaba un pato introducido en una bolsa de cuero con cuatro largas manijas. Y allí comenzaba la lucha, los forcejeos, pechadas, tironeos hercúleos, tropeles y confusión, con pérdida de equilibrio, y tremendas consecuencias, hasta que un jinete lograba llevar el trofeo hasta la estancia siguiente, en donde esperaba un público ansioso por vitorear al vencedor.
Posteriormente consistió en arrojar un pato hacia arriba y liberar dos grupos de jinetes que se atropellaban para capturarlo como fuera, y llevarlo. Los jugadores, entonces, se pasaban el pato unos a otros lanzándolo o golpeándolo, para finalmente lograr encestarlo en una red. En ocasiones el pato se colocaba dentro de una cesta y con ella se jugaba. El objetivo del juego era anotar la mayor cantidad de puntos pasando el pato a través del aro de los oponentes. Es un entretenimiento cruel en sus orígenes pues se utilizaba un pato verdadero vivo.
El juego del pato atravesó muchas etapas antes de alcanzar su actual reglamentación
Fue temporalmente prohibido por ley en 1822. "La prohibición de este deporte no se debió a la muerte del pato, si no a la de los participantes, ya que cuando no moría alguno entre las patas de los animales, lo hacía a causa de disputas con facones; por esta misma razón la Iglesia Católica prohibió dar sepultura cristiana a todo quien muriese en este deporte".
Con el avance cultural y la protección a todos los seres vivos, se convirtió en una práctica con reglas que lo moderan y con una pelota con 6 asas que reemplaza al pobre animal. Como las características iniciales del juego cayeron en desuso, por su peligrosidad, luego fue reglamentado de forma que se pudiera competir sanamente, y se estableció una cancha rectangular de 220 metros de largo por 90 metros de ancho, como medidas máximas y con los aros colocados en la mitad de las cabeceras.
Hoy en día es un deporte similar al Polo, y los jugadores llevan camisas
de colores, pantalones y botas de montar.
El caballo más utilizado fue el conocido como Criollo de patas cortas, que es una raza descendiente de los caballos utilizados por los españoles en la conquista de Sudamérica, posteriormente se lo ha ido perfeccionando con sucesivas cruzas con los pura sangre, por lo que devino un caballo similar al de polo, sumamente veloz y con la resistencia del Criollo.
Lo que antes era un pato vivo derivó en una pelota de cuero blanco, con cámara de goma, y con seis asas de cuero, con un diámetro de 40 centímetros de asa a asa, con un peso total de 1.250 gramos. |
|
Suponemos un origen similar para todos los deportes, lo que sucede es que en la historia de estos generalmente no figura su prehistoria bárbara y salvaje, vale decir cuando justamente no eran deportes. El pato conservó su nombre y su historia, pero si no la conociéramos y si hoy se llamara de otra forma, difícilmente veríamos a un animal en la pelota y tampoco imaginaríamos los sucesos cruentos que sucedían en sus orígenes. Por otra parte muchos deportes evolucionaron de otros que a su vez derivaban de anteriores y así sucesivamente lo que impide conocer a ciencia cierta sus verdaderos orígenes.
© Gustavo Maure
® Todos los derechos reservados
|