Sin presión de los padres un chico no llega a nada
Con excesiva presión...tampoco
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Todos conocemos diferentes casos de excesiva presión del deseo de los sobre la conductas y gustos de los hijos, pero algunos casos recopilados por el diario Clarín de Argentina parecen desbordar todas las medidas, estos nos serán útiles para sacar a la luz el fenímeno de la presión, recordando que lo exagerado de la patología devela lo que la normalidad disimula, pero que tiene efecto decisivo sobre la personalidad de los niños, la hiperpotencia del deseo del Otro o la falta de normativa del mismo, que se traduce en desmesura y autoritarismo sin reconocer la capacidad de sujeto del hijo. Esto puede conduicir al efecto contrario al que se busca, por ejmplo el desinterés por el deporte. ¿ Cual es la medida justa ? No es fácil responder a esta pregunta, pero lo cierto es que algna mediada tiene que existir.
Clarín.com | El tenis, un territorio de casos extremos
TENDENCIA : TODO VALE: ASESINATOS DE RIVALES Y GOLPES POR PERDER
El tenis, un territorio de casos extremos
La ambición desmedida y descontrolada de un padre terminó en 2003 de la peor manera: un muerto y 27 jugadores envenenados. La historia real la protagonizó el francés Chritophe Fauviau, quien antes de que su hijo Maxime jugará un partido de tenis, colocaba antidepresivos en la botella de agua de sus rivales. Este es el ejemplo extremo en un deporte que aportó casos resonantes.
En agosto de 1998, unos días después de escapar de Croacia hacia Estados Unidos por los golpes de su padre Marinko, Mirjana Lucic, quien fuera semifinalista en Wimbledon dijo: "Hubo más golpes de los que se puedan imaginar".
El dinero, la fama, y las propias frustraciones, hicieron mella también en Jelena Dokic. Su papá Damir es bien conocido en el circuito femenino. Le pegó a su hija tras perder un partido en Birmingham en 1999 después de lo cual fue expulsado del torneo. Al año siguiente los organizadores de Wimbledon fueron quienes lo pusieron en la calle. Pero no se quedó allí. En 2005 le pegó una piña a su hija en la nariz, por lo que debió ser operada.
También la estadounidense Jennifer Capriati sufrió la presión familiar. Su papá Stéfano proyectó en ella los anhelos que no pudo cumplir como extra de cine. Y en más de una ocasión maltrató a la chica que a los 13 años y 11 meses conseguiría su primet título en el circuito. Capriati sintió la presión; probó las drogas y hasta pensó en suicidarse . De todos modos su vida cambió y fue 1ø del mundo.
También conocido es el caso de Mary Pierce, la tenista francesa que, debido a los malos modos y golpes de su padre, Jim Pearce, decidió cambiar de apellido. Viendo el talento natural de su hija, y pese a no tener grandes conocimientos de tenis, don Jim la obligaba a entrenar una hora el revés y una hora el drive, otro ejemplo de los confundidos ideales paternos.
Marcelo Maller
mmaller@clarin
Es cierto también que han existido casos donde el exceso de presión produjo resultados notables, pero la experiencia indica que manteniendo esas condiciones, por cada ejemplo positivo encontramos miles de niños que abandonaron la práctica, o no desarrollaron nunca la pasión suficiente, o resultaron inseguros ya que no han consolidado su propio deseo, y este último gran grupo no es noticia y nadie se entera de su existencia, salvo el entorno cercano .
Gustavo Maure