15 de abril de 1912
El naufragio del Titanic fue un naufragio o accidente que podría haberse evitado y donde se produjeron una secuencia de acontecimientos, tanto en la construcción como en la navegación, que provocaron el desastre. El factor humano fue decisivo en diferentes niveles de responsabilidad, la soberbia (uno de los 7 pecados capitales del deportista) hizo menospreciar los riesgos que presentaba la realidad.
El RMS Titanic sale a pruebas de mar el 2 de abril de 1912
Evento N° 1: Considerado insumergible. El Titanic no disponía de suficientes balsas salvavidas. El diseño original requería de 48 botes salvavidas, pero se consideró que ocupaban mucho espacio en la cubierta de paseo (los rumores populares de los obreros decían que ni el mismo Dios podría hundir ese barco), y respaldado por una norma naviera obsoleta acerca del número de botes salvavidas existente, redujeron el número de botes a 16, más 4 semidesarmados.
Sólo había espacio suficiente para 1.178 personas de un estimado de 2.227 a bordo. Pese a todo cumplía con una legislación obsoleta, resabio de los barcos de madera, donde las balsas se calculaban en función del peso del buque y no de la cantidad de pasajeros. Sucedía que en los barcos de madera siempre se podían hacer balsas con la madera flotante, como ilustra la pintura La balsa de la Medusa presentada en este libro, en cambio los nuevos barcos de acero se iban directamente al fondo.
Evento N° 2: Los compartimientos estancos (herméticos) ubicados en la parte inferior del barco, que hubieran podido mantener el barco a flote, no estaban cerrados en su parte superior, ya que se consideraba imposible que el agua pudiera llegar a tal altura. Además en el peor de los casos, se consideró que el Titanic a lo sumo podría tener 2 compartimientos abiertos y flotaría bien.
Si estos compartimientos inferiores hubieran estado herméticamente cerrados o estancos, se hubieran podido llenar con agua los ubicados en la popa para equilibrar la nave y esta habría podido llegar a puerto por sus propios medios. También se hubiera podido hacer una evacuación más ordenada, con el tiempo y la tranquilidad suficientes, pero nunca se pensó que un objeto como el iceberg pudiera hacer un tajo tan largo al modo de un abrelatas, esto se produjo porque el barco intentó eludir la colisión.
Evento N° 3: Se calcula que desde se avistó el témpano el barco demoró entre treinta y cinco segundos a un minuto en virar. Si se hubiera avistado el iceberg unos pocos segundos antes el barco lo hubiera esquivado ya que estuvo a punto de lograrlo. Pero lo más paradójico es que si no se lo hubiera visto el barco hubiera impactado de frente y probablemente no se hubiera hundido ya que habría ingresado agua solo en algunos compartimientos semi estancos.
Evento N° 4: En esa época no se conocía el radar, para evitar los témpanos. Pero se tenían noticias fehacientes de estos por pescadores y otros que avisaron de su existencia. Se podría haber "bajado" más al Ecuador o disminuir drásticamente la velocidad durante la noche o en los días de niebla. En la noche de la tragedia el Californian, un barco ubicado a pocas millas, se encontraba totalmente detenido en el mar intentando evitar un impacto directo con el hielo, en cambio el Titanic avanzaba a ciegas y a toda máquina porque se deseaba batir un record de velocidad en el cruce del Atlántico.
Willy Stöwer : Untergang der Titanic (El Hundimiento del Titanic )
Evento N° 5: El domingo día 14 de Abril se reciben tres telegramas de distintos barcos avisando de la presencia de mucho hielo, esto genera que el capitán Smith varíe el rumbo pensando que de esta forma no tendría problemas. Por la tarde se recibe un aviso del navío Californian indicando la presencia de hielo justo delante. Aprox. a las 21:00 el capitán se retira a su camarote y deja al mando del barco al segundo oficial Lightoller y se siguen recibiendo mensajes de hielo, a las 22:00 aprox. Lightoller es relevado por el primer oficial Murdock y se siguen recibiendo mensajes del Californian advirtiendo de que a causa de la gran cantidad de hielo estaban totalmente detenidos en el mar. A lo que responde el radiotelegrafista del Titanic con la ya conocida y famosa frase: ¡Fuera!, ¡Cállate!, estás estropeando mi señal, estoy trabajando" (Estaban recibiendo continuos mensajes de saludos y felicitaciones) . El radiotelegrafista del Californian enfadado por tal contestación apaga la radio y se va a dormir. (a partir del hundimiento del Titanic se reglamentó la presencia obligatoria de un operador en la radio de los buques las 24 hs. del día)
Cabina de radiotelegrafía del Titanic
Cuando le avisban de los témpanos el radiotelegrafista respondió:
No me molesten, estoy trabajando
estaba recibiendo correpondencia y felicitaciones
Evento N° 6: El mar estaba calmo por lo que las olas no rompen contra el iceberg lo que hace más difícil distinguirlo a la distancia.
Evento N° 7: Es una noche sin luna, de haber estado hubiera permitido avistar el témpano unos minutos antes.
Los hechos se precipitan del siguiente modo: El Titanic avanza a toda máquina en medio de la oscuridad de la noche. El sexto oficial, recibe la noticia sobre un gran bloque de hielo ubicado justo enfrente del Titanic , y avisa inmediatamente al puente de mando. Se ordena todo a babor y parar las máquinas, seguido por la orden de todo en reversa. El Titanic comienza a virar lentamente, pero una parte submarina del iceberg, rasga y golpea a lo largo del flanco de estribor por una distancia de 90 metros, abriendo cinco compartimentos delanteros así como uno de carbón. Para las 23,55, 15 minutos después de la colisión, la oficina de correos en la cubierta esta ya cubriéndose de agua. El Titanic se hunde y las mas de 2,200 personas abordo están en gran peligro. Poco después de la media noche comienza el llamado de auxilio, el operador marca la señal de ayuda... CQD... MGY... CQD... MGY...
Evento N° 8: Entre las 12:10 AM y la 1:50 AM, miembros de la tripulación del barco Californian que solo se encontraba a 15 millas confunden las luces y cohetes de auxilio con fuegos artificiales: No reciben el S.O.S. porque tenían apagada la radio.
Evento N° 9: En la desesperación (otro rival interior igual que el pánico) las primeras balsas bajaron al agua con muchas menos de las 65 personas que podían contener. Además no volvieron cuando fueron llamadas por altoparlante.
Evento N° 10: Desde el Titanic observan un navío acercarse y después lo ven desaparecer, a pesar de los intentos de contactarlo a través de la lámpara Morse. Por lo tanto dos embarcaciones muy cercanas malinterpretaron las señales de auxilio, no buscaron contactarse por radio o investigar más, y se perdió la oportunidad de recibir ayuda inmediata con las balsas salvavidas de estos barcos.
De los barcos que escuchan la señal, el Carpathia era el más cercano pero estaba ubicado a 58 millas, por lo que aún navegando a casi 20 nudos y corriendo el riesgo de embestir otro témpano , tardaría más de tres horas en llegar al lugar del naufragio. También hubo muchos actos de heroísmo y eficiencia en la tripulación y en los pasajeros. A su vez el capitán había estado muy presionado y condicionado por los armadores del barco que deseaban un éxito rotundo.
Con esta serie de sucesos se ratifica la frase que afirma que los accidentes no ocurren, sino que se generan inconcientemente por el hombre.
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Fotografía de la proa del Titanic tomada desde el sumergible ruso MIR
Conclusiones: Psíquicamente el superyó es el terreno del debe ser, el imperativo que rige conductas. Las normas de seguridad se graban en el ser humano en el superyó positivo que guarda el debido respeto a la realidad. El superyó sano previene y anticipa antes que se desarrollen los acontecimientos. El superyó patógeno es soberbio y despreciativo sobre las consecuencias de los actos a los que empuja al yo. En un segundo movimiento reprochará al yo sobre su accionar, como si no tuviera nada que ver con estos sucesos, pero a la hora en que debería haber emitido una señal de alarma no hizo nada para intentar frenar los sucesos que desembocarían en el accidente.
La tendencia al fracaso es un derivado de la compulsión al accidente y consiste en una formación del ello mas atenuada, se conserva la vida, pero cerceada del éxito individual. La tendencia al fracaso no solo consiste en intentar algo y no lograrlo, simplemente puede ser no explotar el potencial que una persona dispone. El monje benedictino Menapace nos trae ese interesante cuento donde un campesino encuentra un huevo de cóndor, lo lleva a su granja y pese a que era demasiado grande lo deja en el nido de los pavos, a medida que el pichón crece observa el vuelo de otros cóndores y sueña con poder danzar en las alturas. La madre pava se da cuenta y le dice que eso no es para él, que el debe mirar el suelo buscando la comida, el cóndor obedece y pese a sus grandes alas vivirá picando el suelo, el cuento se llama Morir en la pavada . El problema de nuestro cóndor es que no pudo utilizar la valía para cuestionar el mandato materno. Si no nos diferenciamos del medio exterior seremos uno más del montón, aunque seamos eximios jugadores. Viene a mi mente esa frase que llevaba en la remera una excepcional patinadora de fondo con la que tuve oportunidad de trabajar, ABRE TUS ALAS Y VUELA. La valía permite el corte con la madre que facilita la libertad de juego. Esta operación de división que hemos propuesto produce un efecto liberador potenciando las posibilidades reales del sujeto. En este caso en este caso recorta o divide del saber absoluto y dogmático del otro, en el ejemplo la madre pava insensata que se inscribe en el psiquismo con el nombre de superyó. En el caso contrario, la madre que peca por exceso de ambición, la encontramos graficada en la película Alexander, donde Alejandro Magno queda atrapado en la ambición desmedida de la madre y sigue luchando más allá de sus límites hasta que finalmente muere, no pudo decir No a la desmesura de su madre. En este caso fracasa por no saber retirarse o frenarse a tiempo.
© Gustavo Maure
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Noticias sobre el hundimiento del Titanic
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