Circus Maximus
Tanto en lo personal como en lo colectivo
los deportes llevan la marca del sacrificio.
En la faz individual basta ver los múltiples
esfuerzos dedicados al entrenamiento,
dietas y renuncias que debe hacer un
jugador. Y en lo colectivo es evidente que por cada uno que llega a los primeros
lugares han quedado miles en el camino.
Pero el sacrificio, que hoy es simbólico y metafórico, en la antigüedad era real y concreto. En diferentes épocas los hombres han desplazado procesos sádicos: 1) a las religiones o a su interpretación; Islamismo, Inquisición, sacrificios aztecas, guerras "santas", etc., 2) a procesos económicos; colonizaciones como la de la India, conquista de América, a problemas étnicos; discriminación racial, segregación, antisemitismo, apartheid, esclavitud, diferentes matanzas y exterminios; como también fundamentalismos de diferente índole; terrorismos, represiones, mafias, nazismo y otros. El deporte no ha sido una excepción, pero hoy se pudo constituir como tal en base a reglamentos que permiten un enfrentamiento simbólico que llamamos sublimación de la pulsión de muerte (instinto thanático) .
El historiador Pedro Adolfo Rodriguez Díaz nos enseña que en su origen, los espectáculos de gladiadores fueron ritos funerarios celebrados en la Campiña italiana el día de la exequias de ciertas personas influyentes. Los primeros combates están fechados alrededor del 530 a.C., gracias a unas pinturas etruscas encontradas en Tarquinia, zona de Etruria. De ahí pasaron a Roma, donde ya se documentan en la época de la República. En el año 264 a.C. se celebraron combates entre tres gladiadores para conmemorar el funeral de Juno Bruto. En la provincia romana de Hispania, fue Cornelio Scipión el Africano el que en el año 206 a.C. celebró los primeros juegos de armas en honor de su difunto padre y tío, ambos muertos hacía poco. Tiempo después en el 186 a.C., tenía lugar la primera cacería (venatio) en el anfiteatro. Nada presagiaba que estos espectáculos se convertirían poco a poco en las carnicerías que acabaron siendo: en una sola jornada de juegos podían morir cientos de personas y animales. En el año 29 a.C. Estacilio Tauro construyó el primer circo de piedra con la única finalidad de celebrar en él luchas entre gladiadores, debido a la gran afición sobre las mismas del pueblo romano.
 La máxima expresión de la bárbara unión entre el "deporte" y la guerra ha sido y seguirá siendo el circo romano. Ave César, los que van a morir te saludan !! (Ave Caesar, morituri te salutant) . En parte el público y en mayor medida el emperador decidían la suerte del vencido. El pulgar en alto daba una nueva oportunidad, hacia abajo indicaba el fin de la vida del vencido. ¿Era una guerra o un deporte? Ni una cosa ni la otra. El público y la diversión evidenciaban que no era una batalla sino un espectáculo, pero la sanguinaria intención del juego impide considerarlo un deporte, aunque constituyó un doloroso tránsito hacia el difícil camino de la sublimación deportiva.
[1] Pintura romana de época que ilustra dolorosas escenas reales
El término gladiador deriva de gladio, la espada corta romana, el que usa la gladio
 
 
Estos mosaicos reflejan los duros combates que entablaban los gladiadores
en los espectáculos circenses, la mayoría peleaba contra su voluntad [2]
Espectador Holandés en Alemania 2006
Todos los juegos guardan una relación, más lejana o más cercana, con el histórico Coliseo y los circos paralelos. En el boxeo y la corrida de toros prácticamente no existen diferencias; en otros casos, como en el fútbol, el proceso de sublimación ha ido borrando las semejanzas, pero siempre conservan sus huellas y rastros, especialmente en los reflujos y regresiones de la sublimación, es decir cuando la violencia inunda el encuentro, sea de parte de los jugadores o del público. El espectáculo se continúa en las actuales películas de violencia, para suerte de los actores la ficción reemplazó a los episodios sanguinarios, pero las ansias de crueldad y violencia por parte del espectador se mantienen.
Tal como sucede en el fútbol, el entusiasmo del público desembocaba muchas veces en auténticas batallas campales, como ocurrió en Pompeya; las increpaciones de pompeyanos contra sus vecinos de Nuceria provocaron una multitudinaria refriega que provocó algunos muertos. Indignado, Nerón castigó a los pompeyanos con la clausura de los ludi durante 10 años desde el 59 d.C., aunque él mismo participaba a menudo en este tipo de escaramuzas.
Jean-Leon Gerome - Pollice Verso - Pulgar hacia abajo
La película Gladiador tiene un diálogo revelador, el general Máximo, hecho prisionero y convertido forzosamente en gladiador afirma No voy a combatir y el entrenador le contesta Todos dicen lo mismo, pero al final pelean . El instinto de supervivencia, hábilmente explotado por los romanos, los hacía luchar por su vida, aunque fuera solo por unos días más.
El dolor del vencido antes era físico, por las heridas, y muchas veces mortal mientras hoy es solo emocional, pero psicológicamente las emociones son las mismas y pueden bloquear e inhibir. Ser un perdedor es una de las más caras heridas masculinas y el vencido guarda una asimilación con el sacrificado. Un gladiador no lograría entender las angustias de un jugador actual. Estos combatientes generalmente no estaban en el circo por propia voluntad, eran prisioneros de guerra o esclavos que iban al sacrificio con una chance de posponer su muerte hasta la siguiente pelea. Cada mucho tiempo alguno podía obtener su libertad, pero muchos seguían peleando en busca de fama y dinero. Otros acudían a las escuelas por propia iniciativa ya que los gladiadores gozaban de gran prestigio en todos los sectores de la sociedad romana..
" Circus " György Román 1930
El circo actual es una sorprendente reproducción atenuada
de los antiguos juegos. Ahora los trapecistas, domadores y otros
no dejan de angustiar a los pequeños espectadores
pero sin los cruentos derramamientos de sangre que caracterizaron la arena romana
 
Entre la antigua corrida de toros en el circo romano y la actual existen pocas diferencias.
Cambió la cantidad de muertos. Hoy el público se angustia con situaciones
que dos milenios atrás excitaban y hacían delirar a los primeros espectadores.
Antes se festejaba y promovía la muerte mientras que hoy se la lamenta y se la esquiva,
pero indudablemente se coquetea con ella y forma parte esencial del espectáculo
EDOUARD MANET: "El torero mort" . 1863
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Entre todas las esculturas que quedaron de la antigua Roma
seguramente la más famosa de todas es la que
se dado en llamar La muerte del gladiador ,
Capitoline Museum . 8
Por esta puerta se retiraban a los gladiadores muertos
Otra parte estaba formada por diversas torturas, por ejemplo se quemaban vivos a los primeros cristianos, lo notable es que cuando la Iglesia consolidó su poder de modo contundente, la inquisición quemó vivos a los no cristianos o sospechados de haber hecho trato con el demonio. El público de la edad media acudía morbosamente a esos tristes exhibiciones y se horrorizaba con los que antes enfervorizaba a los antiguos espectadores, pero sin dejar de observarlo cuidadosamente.
Como psicólogo me interesa rescatar las emociones y actitudes que se desencadenan en los diferentes deportes y en la relación que tienen con el sadismo y el masoquismo constitucional de las personas. El encauzamiento de la corriente agresiva en el juego determina una actitud ganadora y desarrollo de la inteligencia deportiva
El Coliseo - Continuación del artículo
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[6] John Runney /AP
El circo romano continúa, pero en las gradas de los estadios de box.
Este deporte tiene muy poca sublimación. Lo que en el ajedrez es figurativo,
tumbar al rey rival, en el boxeo es absolutamente contundente, literal y real.
La actitud y bravura del campeón resaltan en Cassius Clay que acaba de
noquear a Liston . El nocaut se produjo en el primer minuto del primer round .
La foto es del 25 de Mayo de 1965
Saltando todas las reglas Tyson muerde la oreja a Holyfield
y le arranca un pedazo de la misma
 [9]
 [10]
 [11]
El kick boxing guarda una extraordinaria semejanza
con el circo romano.
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