Haremos brevemente una enumeración de la cadena de eventos que determinaron uno de los más estrepitosos y menos conocidos fracasos de la colonización española:
La gran expedición se arma con desgano fruto de opiniones opuestas en la corte. El presupuesto es exiguo y el armado de los barcos es lento e ineficiente.
La última fecha para salir y poder llegar al extremo austral en el verano es Agosto. Los marinos de la corte sugieren que las naves pasen el invierno en Río de Janeiro. Gamboa no quiere porque la broma o polilla de mar destruye las maderas en meses y no tendrán forma de repararlas.
El rey divide el mando de manera confusa y ambivalente entre Gamboa y Diego Flores de Valdés (en náutica existe un refrán que afirma: dos capitanes hunden el barco , hemos visto equipos donde un jugador con mucho prestigio arma el equipo compartiendo o desplazando al DT generando anarquía en el equipo. Al perderse la conducción se terminan perdiendo los partidos).
El 25 de Setiembre de 1581, el duque de Medinasidonia, acuciado por una carta terminante de Felipe, se presentó en la bahía de Sanlucar y dio la orden inexorable de zarpar. La inercia inicial se transforma en apuro .
La protesta fue generalizada ya que se veía con claridad, por los nubarrones y vientos, el desencadenamiento de una importante e inminente tormenta.
Sacaron los 23 navíos a remolque de remo hasta la barra, faena que demandó dos días a causa de los vientos en contra. Las embarcaciones de esa época no navegaban en contra del viento, si las tomaban tifones terminaban yendo para donde fueran los ventarrones, en este caso hacia la costa. La expedición marcha hacia un desenlace anunciado.
Se desata un vendaval sin precedentes y Valdés comienza a arrojar suministros al mar en contra de la opinión de Gamboa, quien hacha en mano, intenta impedir el desabastecimiento de los valiosos pertrechos.
De pronto La Gallega "fue sorbida de la mar, sin escapar hombre ni cosa della", a continuación cuatro naves son empujadas sobre las rocas en medio de escenas de pánico. Mueren alrededor de ochocientas personas.
La expedición vuelve a puerto y se reorganiza como puede, para impedir la deserción, marinos y colonos son mantenidos en los barcos bajo amenaza de muerte.
Felipe abre sus arcas, pero en un ataque de " neurosis " ordena levar anclas apenas se termine el reabastecimiento, inútiles son los ruegos y explicaciones, (estaba ansioso y acuciado por la alarmante presencia de corsarios ingleses).
Habiendo debido zarpar en Agosto parten finalmente el 9 de Diciembre de 1581. Pierden 151 hombres a causa de una peste que se desata durante el cruce del océano.
Enfermos, debilitados y sin recursos suficientes, invernan en Río de Janeiro, adonde llegaron el 25 de Marzo de 1582. (Observamos que no por haber salido en Diciembre llegarían antes al estrecho, ya que deben esperar a la primavera y en consecuencia sería lo mismo que haber partido en Agosto del año siguiente, la ansiedad de Felipe jugó decisivamente en contra, pero peor, ese invierno costaría todavía otro año más ya que la polilla y el desabastecimiento cobrarían su precio.)
Las diferencias, odios y enconos entre los dos comandantes se profundizan, ante el deterioro de las naves y las deserciones, se producen algunas violaciones de las mujeres que iban a bordo sin que estos delitos fueran castigados. El clima general se deteriora cada día más.
Finalmente Valdés ordena partir hacia el estrecho el 2 de Noviembre de 1582 con 15 naves abromadas , es decir deshechas por la polilla de mar. Gamboa dice que el verano todavía no esta asentado pero Valdés es inflexible.
Fuertes tormentas azotan a los navíos, a la altura del río de la Plata. La Riola comienza a crujir por la madera debilitada, Gamboa se acerca con su nave y pide que se acerquen lanzándose al mar agarrados a tablones, por miedo no lo hacen y a la noche siguiente la nave desaparece en el mar llevándose a 350 expedicionarios. Impresionado, Flores Valdés ordena la vuelta a Brasil: otra nave se pierde a la altura del puerto Don Rodrigo, otra más es cañoneada por el pirata inglés Fenton y se hunde cerca de Río de Janeiro.
En Enero parten al Sur, apenas en alta mar se pierde otra nave, y al llegar al río de la Plata, tres carabelas - con Alonso de Sotomayor, que será gobernador de Chile - resuelven cambiar rumbo y se van a Buenos Aires, que Garay acaba de fundar.
Logran llegar al estrecho en Febrero de 1583 pero los vapulean descomunales temporales propios del Cabo de Hornos, existe riesgo de naufragio, Valdés decide volver al Brasil contra la opinión de Gamboa de refugiarse en Río Gallegos.
Retornan a Río para encontrarse con 5 naves de reabastecimiento, enviadas por Felipe, Valdés, que nunca estuvo convencido del intento, abandona la expedición a su suerte y regresa a España.
Gamboa parte en Diciembre de 1583 para llegar nuevamente al estrecho para llegar el 31 de Enero de 1584, a tres años y un mes de haber partido de España.
Está nuevamente frente al estrecho cuyas angosturas cruza pese a la fuerza del viento y la corriente en una hazaña difícil: "era tanto el arfar y barlear de las naos sobre las amarras que no había quien se pudiese tener en pie, y cierto creyeron ser anegados haciéndose las naos pedazos sobre el ferro; y tanto trabajaron que una fragata rompió el segundo clave y fue llevada por las corrientes y vientos a árbol seco a desembocar otra vez por las angosturas"
Un puñado de andrajosos hombres funda la ciudad Nombre de Jesús , y también otra enclave, Puerto Hambre, varan intencionalmente la Trinidad en la playa para desembarcar pertrechos y hacer casas con sus maderas.
Excepto la "Santa María de Castro", las naves son alejadas por una tormenta y conducidas de regreso a España por Diego de la Ribera, quien entiende que ya ha cumplido su misión.
El lugar que Gamboa había visto años atrás y que su ambicioso espíritu hizo que le pareciera fértil mostró su cruel realidad, demostrando que era imposible que pudiera prosperar una población. Al llegar el invierno deben comer una a una las siete cabras que sobrevivieron al viaje y que estaban destinadas a la reproducción quedándose sin alimentos ni abrigos.
La férrea voluntad del gobernador mantiene ambas colonias. Hay tentativas de sublevación, concluidas con degüellos; después llegarán días mejores, en que el mar parece apacible. Pero tras el benigno otoño sobreviene el invierno austral duro cruel: nieva quince días seguidos, hay enfermos y muertos, pero nada quiebra a Gamboa. Con la Santa María va y viene entre ambas poblaciones acarreando armas, cañones y alimentos.
El 26 de mayo está embarcado en la nave cuando estalla la tormenta en la forma repentina que ocurre en esa latitud; es "la mayor de mar y viento que en esta Jornada se ha visto", el huracán y la corriente arrastran al buque al cabo Vírgenes y después lo arrojan al Atlántico.
Son inútiles los esfuerzos de Gamboa para detenerla. Ya no podrá entrar al estrecho, porque ha acabado la época propicia: queda un mes intentándolo, no estaban preparados para una travesía larga; "los hombres van comiéndose los gatos hasta los cueros de las bombas" . Derrotado, debe finalmente tomar rumbo al norte y llega hasta Río de Janeiro.
Desde allí despacha un barco con víveres para los colonos del estrecho, pero naufraga antes de llegar a destino. Embarca para buscar auxilio en Pernambuco: el barco en el que viaja también naufraga y se salva aferrado a un madero. Hace otro intento partiendo de Bahía con un barquichuelo de 50 toneladas, pero debe regresar a Río después de 51 días de penurias en medio de otra tormenta.
Desesperado, escribe una carta tras otra a su Rey clamando por ayuda, sin recibir respuesta alguna. Parte como puede a España para pedir refuerzos y avisar que existen personas resistiendo a los crudos inviernos.
Su desventura no tiene fin, piratas ingleses lo toman prisionero y al ser revelado su nombre lo llevan a Inglaterra para interrogarlo sobre sus conocimientos sobre el Estrecho de Magallanes.
Tres años después de la fundación de las ciudades, en enero de 1587, una nave inglesa bajo el mando de Thomas Cavendish encontró a menos de veinte sobrevivientes y embarcó sólo a Tomé Hernández; él fue el que hizo luego su relato sobre lo que había pasado con los habitantes del estrecho. En su relato de 1620 cuenta que al momento de ser embarcado por Cavendish, en 1587, sólo unos pocos permanecían con vida."
Logra contactar a la Reina Isabel que le facilita un salvoconducto para volver a España atravesando Francia. En el camino es atrapado por hugonotes. Los hugonotes lo mantienen encarcelado durante tres años y ocho meses, hasta que su Rey paga un rescate de 6.800 ducados y 4 buenos caballos por él. Luego su rastro se pierde en la historia.
Diario: La Nación Bs. As.
RIO GALLEGOS.- Una moneda de 8 reales con el escudo de Castilla y León, dos planchas de metal y el resto de una botija española de cerámica aparecieron a un metro y medio bajo tierra. Las arqueólogas argentinas Ximena Senatore y Mariana de Negris supieron que estaban frente a un hallazgo arqueológico sin precedente, y lloraron. Allí, en 1584, se fundó la primera colonia española en el estrecho de Magallanes, que desapareció sin dejar rastros aparentes. Hasta ahora. LA NACION 16 de Abril del 2006