Historia del Fútbol
El juego es universal, basta darle una pelota un bebé, este la observará, la chupará y luego la arrojará lo más lejos posible. Ya tendremos un jugador y un nuevo juego. Pero la historia de los deportes contiene rasgos esenciales del hombre que se manifiestan en diferentes épocas y culturas, el deporte es algo más que el simple juego, es también una historia sobre el constante enfrentamiento entre los hombres y un modo de intentar resolver una permanente puja por la supremacía o predominio de personas sobre personas, grupos sobre grupos o países sobre países.
Los capítulos que integran esta quinta parte intentan mostrar algunos deportes sin pretender ser un catálogo exhaustivo ya que son innumerables, el objetivo es presentarlos a lo largo de miles de años y a lo ancho de diferentes culturas para que podamos captar su esencia y rasgos estructurales que forzosamente han de repetirse y manifestarse en todos ellos. El psicólogo del deporte intentará desmenuzar estos aspectos para poder potenciarlos en aquellos jugadores con quienes trabaje.
Historia de los juegos con pelota
La primera manifestación del fútbol seguramente se remonta al momento en que un inquieto homo sapiens encontró un fruto redondo como podría ser un melón y lo empujó con el pie haciéndolo rodar. Luego pudo pasarlo a un compañero jugando con la recién adquirida bipedestación que los separaba de los anteriores simios. Nuestros parientes, los chimpancés son muy juguetones con diferentes objetos, pero no son futboleros porque no caminan erguidos y tienen una cadera muy ancha que les da su particular balanceo al caminar. En cambio nuestro homínido tenía un movimiento de piernas que le fue esencial para mantenerse vivo, tanto para huir corriendo como para cazar en las llanuras. Y en un encuentro histórico se juntaba con una forma esférica provista por la naturaleza, un coco, una piedra redonda o algo similar. En ese puntapié inicial el homo sapiens estaba lejos de imaginar que esa casualidad iba a revolucionar el mundo moderno ya que un día, en un mundial de fútbol, millones de sus descendientes iban a pegar todos juntos feroces alaridos cuando se convirtiera un gol. Decididamente el protohombre no hubiera podido entender una conducta tan “primitiva” y animal. Johan Bachofen, antropólogo suizo, en trabajos realizados en el siglo pasado, descubrió en algunas cavernas de África pictogramas rupestres sobre la vida cotidiana que mostraban individuos corriendo detrás de un objeto con forma redonda.
Es muy difícil hacer una historia de un juego a lo largo de miles de años ya que muchos de los deportes que hoy se practican son evoluciones y combinaciones de otros que se jugaban anteriormente. Más que la historia del fútbol es más preciso hablar de la evolución de los juegos con pelota. Pero como el fútbol continuó con la tradición de golpear la bola con el pie se ha adueñado, un poco injustificadamente, de la historia de todo.
Dentro de la teoría de Jules Rimet, considerado el padre de los mundiales, así como en documentaciones de la FIFA se podría considerar que el fútbol tiene una “historia” y una “prehistoria”. La prehistoria tiene orígenes inmemoriales, inciertos y escasísimos registros visuales o escritos, mientras que la historia se inicia a partir de la reglamentación por colegios e instituciones británicas del siglo XIX. En este capítulo abordaremos solo la prehistoria del fútbol hasta el 1863, ya que el resto es más conocido y documentado.
¿Pero como reconstruir la historia de un deporte que surgió y estuvo presente en casi todos los pueblos y culturas? Para resolver el problema y no ser injustos con todos los que hicieron sus importantes aportes podríamos representarnos su origen de la siguiente forma: El árbol genealógico del rugby y del fútbol tiene múltiples raíces en todas partes del mundo, se continúa un gran tronco común europeo para finalmente separarse en dos grandes ramas a partir de 1863 donde quedan por un lado la escuela de Rugby, que dará su nombre a este juego y la Asociación de Fútbol fundada en una taberna inglesa. Otras ramas de este gran árbol dan lugar a otros deportes, como el handball o el voley.
© Gustavo Maure