Fue quizás el más famoso de los piratas. Su verdadero nombre era Edward Drummond y usaba el nombre de Edward Teach antes de dedicarse a la piratería. Su barco "Queen Anne´s Revenge" fue tomado a los franceses. Llevaba una enorme barba negra adornada con cintas. Antes de una batalla ató mechas lentas a su sombrero que dejaban una estela de humo negro, con el fin de aterrorizar a sus enemigos. Trataba a los prisioneros salvajemente. Su actividad duró solamente dos años. En 1718 el gobernador de Virginia ofreció una recompensa por él vivo o muerto. El teniente Robert Maynard de la Royal Navy, lo persiguió con dos barcos, pero su nave quedó muy averiada, Maynard convirtió esta desventaja en una trampa, dejaron afuera a muertos y heridos y se escondieron adentro. Barbanegra abordó el barco esperando una presa fácil y de sorpresa aparecieron veinte hombres armados. Los dos capitanes lucharon mano a mano sobre cubierta. Barbanegra, tal vez afectado por el ron, murió con veinte heridas de machete y cinco disparos de pistola. Maynard le cortó la cabeza, la colgó en su barco y regresó a Virginia por la recompensa.
Barbanegra según una litografía del siglo XVIII
La bandera pirata evocaba la decapitación de la presa como forma de intimidación
Los jíbaros, en el altiplano ecuatoriano, también utilizaban las cabezas de sus enemigos como intimidación y trofeo, ya que tenían costumbre de reducir al tamaño de una pelota de tenis las cabezas de los rivales muertos en combate.
En una pomposa ceremonia, dirigida por el hechicero, la cabeza reducida o tsantsa pasaba a ser un trofeo, un fetiche de buena suerte para el guerrero que había derrotado a su adversario, un signo de estatus y de bravura dentro de la tribu.
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Proceso de Reducción
Los Jíbaros luego de cortar la cabeza del un enemigo elegida para el objeto. Procedían a cocinarla en un recipiente con hiervas. El hervor duraba media hora. Contigua a la olla tenía lista una amplia pininga, recipiente de barro semejante a una tazona, que contenía arena y unas cuantas piedras redondas de diferentes tamaños, siendo la más grande de unos 8 cm de diámetro. Tal recipiente estaba destinado exclusivamente para este objeto, ya que en torno a él flotaban mil supersticiones. La pininga se la mantenía sobre el fuego a fin de que las piedras y la arena estuvieran caldeadas. Terminada la cocción de la piel, la colocaba sobre grandes hojas limpias extendidas a manera de mantel o sobre un "Itipe", lienzo de algodón, a fin de ir desprendiendo con cuidadoso manipuleo las carnosidades adheridas. Luego eran cosidos los cortes con finas fibras vegetales. En la piel así preparaba, que semejaba una especie de bolso, introducía una de las piedras caldeadas, calculando el tamaño más adecuado para el caso, a manera de molde, y los vacíos correspondientes a partes de la cara los iba rellenando con arena introducida hábilmente con los dedos, tratando de mantener las facciones características de la víctima; como los ojos desaparecían, los párpados quedaban cerrados. Al enfriarse la piedra y las pequeñas masas de arena, iba contrayéndose la piel, y en estos momentos se demostraban la habilidad y el arte del Jíbaro, que conseguía mantener los rasgos inconfundibles del difunto.
El toque final de la macabra confección, era cerrar la boca de la Tzanza cruzando los labios con tres palillos de chonta, pues el artífice pensaba que sólo así no hablaría el espíritu de la víctima para pedir a los suyos venganza
La debilidad femenina triunfa frente a la barbarie
La bella y heroica Judith, previa estrategia de seducción, decapita al cruel
general Holofernes que sitiaba al pueblo judío. izq. Caravaggio.
Der. Botticelli "El regreso de Judit " con su criada portando la cabeza como trofeo.
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Cranach 1530 "Judith victoriosa"
Juan el Bautista en el instante previo a ser decapitado
La crueldad femenina triunfa frente a la virtud
Herodías, cuñada y mujer de Herodes hace pedir la cabeza del profeta
Juan El Bautista en un plato o bandeja. Este es otro símbolo de triunfo.
La bandeja puede entregarse al subcampeón, como en algunos Grand Slams
O adjudicarse directamente al ganador como en la Copa Davis
Tiziano - (Tiziano Vecellio di Gregorio) Judith con la cabeza de Holofernes
Tiziano Judith con la cabeza de Holofernes o tal vez Salomé