Muchos siglos atrás se jugaba el último partido en el estadio de Chichen Itzá (México), ...el más grande, el “Maracaná” de su época, dentro de una civilización que no pudo sobrevivir pese a lo avanzado de su cultura.
Un elemento característico de muchas ciudades de Mesoamérica Prehispánica era el juego de pelota. El estadio consistía en un patio en forma alargada con marcadores de piedra empotrados en los muros laterales. El objetivo principal de este juego era una ceremonia religiosa que terminaba con el sacrificio de alguno de los contendientes vencidos, básicamente el capi´tan del equipo perdedor aunque también se jugaba por diversión.
La pelota la hacían de hule crudo por lo que era muy elástica y pesada, haciendo muy peligroso el juego, por lo que los jugadores debían de protegerse la cadera, los antebrazos, las rodillas y las piernas. La pelota fue creada en diferentes culturas que no tenían interacción entre sí, no solo la utilizaron los griegos y los mayas sino que hace miles de años un príncipe chino ideó un balón de cuero relleno con pasto, sin embargo la más evolucionada fue creada por aborígenes de la Amazonia que la hicieron de caucho y no era muy diferente a las actuales de pelota a paleta.
Juego de pelota en Monte Albán
El juego maya consistía en golpear los marcadores con la pelota que era impulsada con los codos, la cadera y la parte superior de la pierna. El juego generalmente era a un solo punto, ya que era muy difícil conseguir el tanto. Aparentemente el juego era bastante duro.
ARCO
El aro del juego se encontraba perpendicular al suelo y bastante elevado
La pelota se impulsaba con la cadera y probablemente se incluyeran las piernas
y los muslos para poder levantarla.
Estadio de juego de pelota de Chichen Itzá
Jugador con pelota
Dibujo que recrea un jugador insertando la pelota en el aro
Los mayas utilizaron el caucho para una pelota y para sandalias mucho antes que los occidentales
Vasija original con representaciones del juego
Pectoral
En este vaso se observa a un jugador y a los espectadores,
a la izquierda se encuentra el pesado balón. Año 600 a 800 d.C.
Probablemente la cabeza de animal sea un estandarte de su pertenencia a un equipo.
1 2
3 4
Decapitación del capitán maya
Friso del estadio: 1 sacerdote de pie y cabeza cortada del capitán. 2 de la cabeza salen serpientes 3 y 4 el cuerpo del capitán con la rodilla derecha apoyada en el suelo y el pie izquierdo apoyado en el piso. De su cuello emergen hacia arriba chorros de sangre con forma de serpiente. El 3 de la derecha ha sido resaltado para identificarlo mejor
Las fotos de los frisos no suelen ser claras, pero hemos preferido su inclusión debido a su invalorable interés histórico. En Chichén Itzá he tenido la ocasión de observar personalmente estos frisos, como así también un grupo de calaveras empotradas en un muro que pertenecerían a los diferentes capitanes vencidos, aún recuerdo la profunda conmoción que generan.
Lo que en los deportes interpretamos como metafórico y simbólico, por ejemplo el corte de cabeza del vencido (trofeo), en estos juegos era absolutamente literal y real, al finalizar el encuentro, sin más ni más, se cortaba la cabeza del capitán. No está claro si se decapitaba al ganador o al perdedor. Quienes sostienen lo primero entienden que como la inmolación a los Dioses era un honor, se decapitaba al líder del equipo triunfador, en cambio otras opiniones entienden que se ejecutaba al capitán del equipo perdedor. La costumbre marina de que el capitán del barco se hunde con su nave representa la misma línea de pensamiento, donde el honor es superior a la vida. Esta costumbre ya regía en Europa desde tiempos inmemoriales aunque las dos culturas no habían tenido interacción. Hoy un director técnico de un equipo que ha perdido en lugar de su muerte ofrece simbólicamente su renuncia.
Los frisos ilustrativos en el estadio de Chichen Itzá, inmortalizan el instante de la decapitación del capitán que hace salir de su cuello abierto siete serpientes rojas formadas por la sangre del inmolado. Hoy ese derrame de sangre se simboliza en la apertura de la botella de champaña, cuyo descorche evoca los antiguos sacrificios cruentos reemplazados ahora en una celebración incruenta. Este descorche tiene también un sentido sexual erótico masculino en el sentido de una eyaculación simbólica. Las dos pulsiones, Thánatos y Eros, encuentran así una expresión simbólica. El juego de pelota también se encontraba muy extendido entre los aztecas, se han encontrado sitios donde se lo practicaba desde Honduras hasta el sudeste de Arizona. Recibía el nombre de tlachtli.
Sacrificio en los juegos - Lápida de Aparicio - Ampliar imagen
En la «Lápida de Aparicio» (250-900) que actualmente se encuentra en el Museo de Antropología de Xalapa, México, los borbotones de sangre de un decapitado brotan en líneas rectas en alusión a Chicomecóatl, «siete serpiente». En un panel de un juego de pelota de Chichen Itzá en el Posclásico Temprano, también se ve un decapitado del que brotan serpientes de su cuello (chorros de sangre) como símbolo de la fertilidad.
En Mesoamérica el juego de pelota aparece como una de las formas de juego sacrificial. En principio los jugadores no deben tocar la pelota sino con las caderas y las nalgas. Dice Sahagún: «No jugaban con las manos sino con las nalgas». En cuanto al número de víctimas ejecutadas al terminar una partida de pelota, Sahagún indica que en Tenochtitlan eran cuatro. «Y cuando les habían dado muerte, arrastraban sus cuerpos por todo el terreno, y era como si pintaran el suelo con su sangre».
Vista lateral
Jugador con una cabeza
© Gustavo Maure
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Pelota original, estas fueron las primeras pelotas de caucho en la historia del planeta
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